Ni Yo, ni Tú ni Él, se trata de Nosotros. Unas ideas en torno a la despolarización del futuro

Opinión

Ni Yo, ni Tú ni Él, se trata de Nosotros. Unas ideas en torno a la despolarización del futuro

Ni Yo, ni Tú ni Él, se trata de Nosotros. Unas ideas en torno a la despolarización del futuro

 

Por: Juan Camilo Rojas Arias: Abogado candidato a Doctor, con Máster en derecho económico y políticas públicas e internacional (LLM), Especialista en derecho comercial con profundización en el área de derecho económico, internacional y de la administración pública.

 

Cuando se piensa en la realidad en cuanto a tecnología e innovación es casi inmediato ver matices grises y no claros en cuanto a su alcance, desarrollo y beneficio común. El problema de esta falta de claridad, en parte, pasa por 4 ejes: (i) las agendas políticas; (ii) el enfoque de los medios de comunicación; (iii) el ánimo de lucro de las empresas y, (iv) la falta de iniciativa social de auto informarse.

La tecnología e innovación aun no ocupan un espacio preponderante en las agendas políticas de nuestros líderes colombianos, más allá de reclamar un mayor gasto i+D – lo cual per se no significa ni mejores políticas de desarrollo tecnológico ni de innovación, ni un marco sostenible para su desarrollo, por tanto, antes que gasto, es vital identificar las condiciones específicas de las empresas y los entornos que deben darse para permitir que el gasto en I+D afecte al crecimiento de manera positiva.

Quizás la dimensión que más observación requiere en cuanto al desarrollo tecnológico e innovación es su desafortunado acaparamiento por la politización de su desarrollo marcado en muchos casos por la elaboración de políticas erróneas en pro de la demagogia y de la influencia de los grupos de presión. Si los políticos utilizan la innovación y las posturas sobre el desarrollo tecnológico como una herramienta política acomodaticia a sus antojos y estrategias, sin pensar en el futuro y el agregado social, afectarán la confianza en el sistema de ciencia, tecnología e innovación así como en la política industrial del país, en esta vía, si en virtud de una agenda política de manera selectiva se obstaculiza el camino a las empresas en cuestiones de innovación y desarrollo tecnológico en sectores regulados, se impactará de forma negativa en la innovación consolidada del país.

Por su parte, es deseable más valentía y profundidad por parte de los medios de comunicación. Hace falta liderazgo en el informar, especialmente en la creación de los espacios de debate que el país necesita dar sobre la innovación, la tecnología, entre otros. En la mayoría de los casos, la cobertura que se hace es tangencial y superficial, informando sobre tendencias y algunos ejemplos de monetización exitosa de la sinergia de tecnología y empresa, sin abordar – por lo menos en Colombia- la complejidad del cambio tecnológico, la justificación de las políticas realizadas, extender el debate sobre las decisiones sobre la innovación y la tecnología en cuanto a la productividad, el empleo y algunos derechos civiles y políticos.

Por parte de las empresas la situación no resulta esclarecedora, al mezclarse magistralmente las modas sociales con los intereses privados de las compañías digitales, en donde resulta imposible esclarecer cual es resultado de cual, no obstante, si debe llamar nuestra atención la necesidad de un debate público bien informado, en donde se analice a fondo la figura de ciudadano-usuario con la de consumidor, esencialmente sobre la base de ejemplos como el de Cambridge Analytica -Cambridge Analytica es una empresa con sede en Londres que usa el análisis de datos para desarrollar campañas para marcas y políticos que buscan "cambiar el comportamiento de la audiencia-.

Y en la ciudadanía colombiana, lastimosamente el panorama puede resultar aún más confuso, la tensión fundamental que emerge de este nuevo ámbito digital —creado a partir de redes sociales públicas— termina por alentar una realidad aún más violenta en un mapa de polarización política, económica y social, en sí, es una desafortunada puja de intereses particulares para convertir temas técnicos o consensos estratégicos, en escaparates comerciales y políticos al margen del control público que terminan por mancillar el sentido de unidad y bienestar que deben cobijar las grandes decisiones de desarrollo de nuestro país.

El avance tecnológico es imparable, vale preguntarnos: La tecnología y la innovación son necesarias, pero ¿para qué?, acto seguido preguntar: ¿bajo qué modelo la queremos desarrollar?

Responder a conciencia exige entender algunos temas como sociedad, no como regentes o miembros de una colectividad política o social, necesitamos llevar la política allí donde se discute y legisla sobre ciencia, tecnología e innovación, y no permitir solamente que la tecnología en este país, sea un tema sin discusión, pero que sus desarrollos sean autopistas para la demagogia social. Solo así seremos capaces de construir medios y realidades propicias para un futuro donde la innovación y la tecnología sean socialmente útil.

 

 


Compartir

Comentarios


Artículo sin comentarios

Escribe un comentario