Fake News, Hablemos de desinformaci

Por: Sebastián Alfonso Rueda Quesada

Fake News, Hablemos de desinformaci

El artículo 20 de la Constitución Política de Colombia establece el derecho fundamental de información, el cual debe entenderse en doble vía: el derecho a dar y el derecho a recibir información.

“Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación.

Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura.”

El atributo del concepto información que se resalta de la disposición es que la misma debe ser veraz. La razón se encuentra en que ésta siempre ha sido uno de los pilares de la democracia; ningún ejercicio de autogobierno colectivo puede tomar decisiones adecuadas y razonadas sin recibir información, datos y estadística que sea cierta y corresponda a la realidad.

Lo anterior sirve de contexto para aproximarse al problema que se presenta hoy día. El acto de comunicar información desde un modelo convencional tenía ciertos participantes identificados: desde medios de comunicación, pasando por las instituciones Estatales, hasta figuras públicas como generadores o replicadores de contenido. Dichos actores podían llegar a tergiversar la información que compartían, pero al estar identificados la responsabilidad que recaía en ellos les obligaba a ser reflexivos en su actuar.

Pero eso cambio. Actualmente los generadores o replicadores de contenido somos todos, y los canales por los que la información viaja se han diversificado exponencialmente. Desde plataformas de mensajería instantánea, hasta redes sociales se han convertido en autopistas perfectas para que cualquier usuario genere, comparta o replique contenido. ¿Es veraz dicha información? Definitivamente no, al menos no en todos los casos.

La respuesta a dicha situación no se hizo esperar. Lo primero que se planteo fue darle un nombre al fenómeno, “fake news”. Luego, se elevaron diversas preguntas para frenar su crecimiento: ¿Cómo se ejerce el control de la información que se comparte en redes sociales? ¿Quién lo ejerce? ¿Bajo qué parámetros? 

Las preguntas ayudaron a dimensionar el impacto del fenómeno, por lo que la Unión Europea fue más allá y desarrollo un informe denominado a multi-dimensional approach to disinformation. El documento dejo ciertas conclusiones y recomendaciones sobre el tema:

  1. Abandonar el término fake news. Es un término inadecuado que no explica la complejidad de la situación.
  2. Calmar los deseos de legislar sobre el tema de forma prematura. El fenómeno es complejo, y cada paso debe ser tomado con seguridad.
  3. Invitar a que las grandes plataformas tecnológicas, las cuales han sido participes del fenómeno abran sus datos y los compartan con investigadores y reguladores para conocer de primera mano la realidad.
  4. Llamar  a la cultura ciudadana frente al respeto a la veracidad de la información.
  5. Incentivar las inversiones económicas del sector privado que creen soluciones tecnológicas de verificación de información.

Lo anterior resulta razonable y sensato. Pero, el actuar del regulador, y del investigador no puede esperar, pues se ha abierto una nueva forma de ataque mediante herramientas de bajo costo que pueden decidir desde elecciones presidenciales, hasta aprobación de campañas ideológicas.

 

 

Sebastián Alfonso Rueda Quesada

Consultor en Protección de Datos Personales y programas de Transparencia
Sebastian.rueda@legalshield.com.co 
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