Deterioro de la seguridad en Colombia Percepción o realidad - Causas y consecuencias

Editorial

Deterioro de la seguridad en Colombia Percepción o realidad - Causas y consecuencias

Deterioro de la seguridad en Colombia

Percepción o realidad

Causas y consecuencias

 

 Por: Ing. Abdón Sánchez Castillo -Master of Business Administration (MBA) Universidad de los Andes.

Sin duda, el problema de la seguridad en nuestro país se ha vuelto el tema recurrente y presente en las conversaciones cotidianas de los colombianos. Es inevitable hablar de fleteos, asesinatos, robos, secuestro, extorsión, etc.

Muchos nos preguntamos si será una preocupación genuina, o más bien, el resultado de la presión de los medios informativos, que bombardean nuestras mentes con este tipo de noticias, o es algo real que nos amenaza y puede seguir creciendo si no se toman las medidas de control que todos esperamos.

Veamos las estadísticas de que disponemos, comparando el primer cuatrimestre del 2023 con el mismo periodo del 2022.  Las masacres han crecido un 16%, la extorsión ha crecido un alarmante 43%, el homicidio intencional ha bajado un 6,2% y el hurto a personas ha crecido un 9,6%.

Fuente: Agencia de Periodismo Investigativo

Podemos concluir que efectivamente las cosas no van bien desde el punto de vista de seguridad y control de la delincuencia. Es evidente que la percepción negativa de los ciudadanos y su preocupación por la inseguridad, tiene bases reales y no es un tema de desinformación.

Fuente: Agencia de Periodismo Investigativo

¿Cuáles pueden ser las causas del deterioro de estos indicadores?

Pese a los millones de años de evolución humana, todavía no hemos logrado diferenciarnos de las especies inferiores, ya que aún los incentivos, premios y castigos, moldean el comportamiento de los individuos dentro de una sociedad y mueven las masas en una dirección u otra, dependiendo precisamente de dichos estímulos externos, combinados con las fuerzas motivadoras internas que cada individuo tiene, tales como la satisfacción intrínseca, el sentido de propósito, la ética o antiética, y los valores o antivalores personales.

Algunas personas creen que los motivadores externos son mucho más fuertes o influyentes que los internos y otras creen todo lo contrario. En mi concepto al ser humano todavía le faltan muchos años de evolución para que sus motivadores internos positivos sean predominantes en una sociedad sin estímulos externos. Lo demuestra la evidencia que observamos a través de la historia. Una sociedad sin leyes, sin justicia y sin premios al buen comportamiento está destinada al caos, la delincuencia desenfrenada y la violencia creciente.

Fuente: Agencia de Periodismo Investigativo

Nuestra sociedad colombiana, durante muchos años ha enviado estímulos o señales contradictorias, ya que, al conceder indultos, rebaja de penas, o incluso dejar en libertad sin prisión previa, a personas que estuvieron muchos años haciendo parte de grupos insurgentes, paramilitares o narcotraficantes disfrazados de esto primeros, constituye sin duda una apología al crimen, enviando claramente el siguiente mensaje: “el crimen sí paga”. Lo anterior se agrava, cuando observamos los altos índices de impunidad del que adolece nuestra justicia, reforzando este mensaje.

Aterrizando un poco más cerca, precisamente en el actual gobierno, vemos como las señales enviada por el presidente Gustavo Petro, sus ministros y los miembros de su partido político han apuntalado la filosofía de que, el crimen sí paga y por tanto vale la pena delinquir, pese al riesgo que esto significa.

Las incentivos erróneos y contradictorios que se han enviado, en mi concepto, son las siguientes:

  • Basados en un objetivo noble como es la paz total en nuestro país, se ha propuesto negociar con todos los grupos armados, sin importar su origen, ideología o motivación. Es decir, se acepta cualquier grupo organizado armado, así sea netamente delincuencial, cuyo único objetivo sea obtener rentas de forma ilegal.
  • Pagar a delincuentes un subsidio mensual de un millón de pesos, cuyo costo se estima en 1,2 billones de pesos, es decir, el 50% del ingreso solidario. De aprobarse esto, los delincuentes recibirían un valor mayor al que perciben las personas vulnerables beneficiadas con el ingreso solidario.
  • Restarle legitimidad y solvencia moral a las fuerzas militares y a la policía.

Son mensajes claros que el gobierno y la sociedad que ellos representan, le estamos enviando a nuestros jóvenes: pueden robar, extorsionar, asesinar, secuestrar, etc., ya que de esta forma pueden ser beneficiados por una amnistía, rebaja de penas o incluso subsidios económicos, sin necesidad de trabajar, solo deben organizarse mejor. Pareciera algo sin importancia, pero es todo lo contrario, se trata nada menos de la forma como estamos educando a nuestros ciudadanos del presente y del futuro.

No es extraño que Petro busque otorgar beneficios a los grupos ilegales, recordemos que él perteneció a uno de ellos, pero otra cosa es que nuestras instituciones democráticas acepten este tratamiento preferencial; amanecerá y veremos.

 


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