
Feliz día, Contador Público Colombiano.
Feliz día, Contador Público Colombiano.
Algo de historia: Nuestra profesión nace legalmente con el Decreto 2373 de 1956, en el cual se señala expresamente en su artículo 1 que “solo podrán ejercer la profesión de contadores, las personas naturales que hayan obtenido la inscripción o matrícula de contadores juramentados”. Esta categoría estaba dada por la Superintendencia de Sociedades, a partir de 1931.
Con el decreto mencionado, se creó la categoría de contador inscrito, ante la Junta Central de Contadores (que además, creó esta junta); y además se reglamentó los requisitos para obtener la matrícula como tal. Asimismo, se introduce la opción de ser matriculado como contador, la persona que haya obtenido título universitario.
En ese momento existía la obligación de presentar exámenes para las personas naturales que no tuvieran el título de contador, pero que quisieran realizar actividades de este carácter y debían tener un mínimo aprobatorio. Aspecto que es posible sea retomado en los múltiples intentos de reforma a la profesión.
Luego, la Ley 145 de 1960 estableció los requisitos para ser inscrito como contador público en Colombia, y en ese momento se podía encontrar 2 categorías: Autorizado y titulado. Hoy en día quedan muy pocos contadores autorizados. La mayoría, somos titulados. 28 años después, llegó la Ley 43 de 1990; la cual es la que reglamenta actualmente la profesión contable hoy en día. Gracias a esta última ley, la categoría de autorizados prácticamente desapareció, pero permitió a los que ejercieran como tal, continuar con sus actividades.
Los últimos 20 años han sido de cambios acelerados en la profesión. Con el auge de la tecnología hizo que todas las actividades técnico contables tuvieran una nueva percepción, pues se aceleran los tiempos en los que se tiene la información, su disponibilidad es más rápida y se logra reducir el impacto en el medio ambiente.
Y de tal manera ha sido el impacto de la tecnología en nuestra profesión, que prácticamente, el contador que no tenga conocimientos en TIC´s, hoy en día está fuera del mercado. Es una imperiosa necesidad para todos nosotros tener buenos conocimientos de Microsoft Office y cualquier herramienta contable de las tantas que hay en el mercado, como mínimo para poder realizar las actividades diarias propias de la profesión.
Pero como todo, la técnica se adquiere, y por lo tanto, se conmina a todos los contadores que no solamente se preocupen por el debe, haber, sumas iguales; sino que se preparen para todos los desafíos que la profesión ha traído. Máxime ahora, que prácticamente ya tenemos estándares internacionales tanto de contabilidad, como de auditoría; los cuales se hace imprescindible conocerlos.
En línea con lo anterior, es necesario tener una mente abierta para todos los cambios en la normatividad que por el devenir del tiempo, se puedan presentar, a nivel tributario, comercial, económico, entre otros. Esto, debido a que hasta no hace mucho, la contabilidad se manejaba por lo descrito en los Decretos 2649 y 2650 de 1993, los cuales se encuentran derogados en la actualidad.
A pesar de todo el trabajo que se tiene, el dedicarse a esta profesión es una buena manera para afrontar todos los desafíos que la sociedad nos impone. Muchos opinan que puede ser muy ingrato a ratos. Pero ser contador es un muy buen negocio. Por eso, deseo a todos los profesionales, hombres y mujeres, que se dedicaron a esta noble profesión: Feliz día.
Juan Pablo Merchán Díaz
Contador público
Especialista en gerencia del talento humano
Editor especialista tributario y contable
Correo: juan.merchan@notinet,com.co
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