Las reservas de gas y petróleo como agua entre las manos

Editorial

Las reservas de gas y petróleo como agua entre las manos

Las reservas de gas y petróleo

como agua entre las manos

 

Por: Ing. Abdón Sánchez Castillo -Master of Business Administration (MBA) Universidad de los Andes.

A propósito de la autosuficiencia petrolera, tenemos que recordar aquella frase celebre de filósofo y novelista español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana: “Quien no conoce su historia está condenado a repetirla". Durante los años 1976 a 1985 Colombia perdió dicha capacidad, debido a que, durante mas de 24 años, las reservas halladas fueron sistemáticamente inferiores a la producción anual.

El informe de reservas y recursos Contingentes de Hidrocarburos 2022 publicado hace unos días por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), nos muestra un panorama preocupante, que inevitablemente nos lleva a preguntarnos, ¿qué nos espera si nuevamente, tal como ocurrió en 1976, perdemos la capacidad de producir el petróleo y gas suficientes para satisfacer nuestra demanda nacional?

Antes de responder esta pregunta, vamos a analizar la situación actual versus la situación que se tenía unos años antes de 1976 en cuanto a reservas.

Fuente: Informe de reservas y recursos Contingentes de Hidrocarburos 2022

Fuente: El Petróleo en la Economía Colombiana por Gillermo Perry Rubio

Un par de años antes de 1976 las reservas estaban en 9 años de producción. Según el informe de ANH, a diciembre de 2022 teníamos reservas para 7.5 años, las cuales se han venido incrementando de 5.5 años en el 2015 a 7.5 años de 2022.  Podemos concluir que estamos en niveles similares a los que tuvimos en aquellos años, lo cual debería preocuparnos, ya que según nuestra historia, estamos más cerca de lo que pensábamos a convertirnos en importadores de hidrocarburos.

La decisión de importar petróleo en 1976, tuvo que ser tomada en su momento y fue controversial, pero seguramente se hizo teniendo en cuenta que las reservas estaban muy bajas y era necesario garantizar la seguridad energética del país. Al final esto ayudó al país a incrementar sus reservas, hasta llegar a 20 años en 1985.

El proceso de llevar al país a ser nuevamente exportador neto de petróleo le tomo 10 años y fue el resultado de cambios importantes en su política de exploración, por ejemplo, en 1974 se prohibió el sistema de concesiones, el cual fracasó, y se implementó un nuevo sistema de contratos de asociación, que en caso de no concretarse implicaba devolver el área para ser explotada por otras compañías interesadas. Esto evitó tener áreas concesionadas sin explorar y explotar, lo cual constituía el principal obstáculo para mantener una exploración permanente y extensa, que contribuyera al incremento de las reservas.

El proceso de contratación se hizo así muy expedito y una vez suscritos, los contratos impusieron obligaciones estrictas de exploración y devolución de áreas, a diferencia de lo que ocurría en los viejos contratos de concesión. Se implementaron modalidades novedosas de contratación, vinculando a Ecopetrol en contratos de participación de riesgos con empresas privadas, precios más atractivos de crudo para estos contratos, entre otras medidas que hicieron interesante la exploración en nuestro suelo. Todas estas medidas, lograron incrementar la exploración y las reservas de petróleo en forma decisiva, tanto que en el año 1985 Colombia volvió a ser exportador de petróleo.

Como conclusión, si queremos incrementar las reservas, siguiendo los resultados positivos que nos muestra nuestra historia, debemos mantener, y preferiblemente incrementar la exploración, innovando en cuanto a modalidades de contrato, dispersión de riesgos y otras estrategias que atraigan a las compañías petroleras a nuestro país, y puedan lograr nuevos hallazgos de reservas.

¿Y qué pasaría si no logramos incrementar las reservas y estas se disminuyen hasta llegar a requerir la importación de crudo, tal como ocurrió en 1976?

Afortunadamente la bonanza cafetera de 1976 a 1980 salvó a Colombia del desastre desde el punto de vista cambiario que hubiese tenido que soportar, con la salida de divisas para pagar la importación de petróleo y gasolina. La suma de las importaciones entre 1975 y 1985 alcanzó el valor de US$4.724.9 millones, lo que unido con las compras de crudos nacionales en moneda extranjera ascendió a US$6.409.5 millones. Para dar una idea de la importancia de estas erogaciones, estas cifras representan aproximadamente el 44.4% y 60.2%, respectivamente, según de la deuda externa pública colombiana a finales de 1985 (ver : El Petróleo en la Economía Colombiana por Gillermo Perry Rubio).

En la actualidad no tenemos ninguna bonanza cafetera o similar, que pueda sustituir las divisas que dejaríamos de percibir por las exportaciones, ni proveer los dólares para importar el petróleo y el gas para el consumo interno, razón por las cuales las consecuencias serían catastróficas, por no llamarlo de otra forma, siendo estas las siguientes:

 

  1. Devaluación acelerada de nuestra moneda respecto al dólar y las demás monedas fuertes del mundo.
  2. Incremento de la deuda externa, ya que el déficit de la cuenta corriente, el cual en estos momentos es negativo (15.000 millones de dólares al año aproximadamente), sería mucho mayor, y estos dólares tendrían que entrar al país vía empréstitos en dólares.
  3. Pérdida de utilidades y valor de la Empresa Ecopetrol, debido a la reducción de su producción y exportaciones.
  4. Incremento del déficit fiscal del gobierno central, ya que se perderían los ingresos por dividendos de Ecopetrol e impuestos generados por el sector petrolero.
  5. Reducción del PIB, debido a las pérdidas ya mencionadas.
  6. Incremento de la inflación y el desempleo, ya que la devaluación acelerada traería incremento en el costo de las importaciones, incremento de las tasas de interés, dificultades económicas para las empresas debido a la pérdida de competitividad y altos costos de financiación y desempleo a consecuencia de estos efectos combinados.

 

Sin duda, el camino más inteligente a seguir para nuestro país, es estimular la exploración de petróleo y gas, es necesario incrementar mucho más nuestras reservas, y ojalá llevarlas a 15 o 20 años, como llegó a suceder en algún momento de nuestra historia.

Debemos ser realistas y prácticos, la transición energética no está en nuestras manos, está bajo el control de las grandes potencias consumidoras de energía, tales como Estados Unidos, China, India, Rusia, Japón, y Europa, quienes además poseen la tecnología para hacer dicha transición. De nuestra parte solo nos queda actuar oportunamente, utilizando de la mejor manera posible los recursos naturales que la naturaleza nos regaló, para así poder ofrecerles a nuestros hijos un mejor futuro.

 


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Comentarios


Jairo Guatibonza June 15th, 2023

Excelente y muy didáctico

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