LA CONTIENDA PRESIDENCIAL

Por: Andrés Barreto

LA CONTIENDA PRESIDENCIAL

Todas las elecciones se autodenominan históricas, pero esta del 2018 sin lugar a dudas lo será. No solo el hecho de que el gobierno que está por terminar sea el último de reelección, sino además la atípica situación que vivimos con un congreso ampliado cortesía del denominado Acuerdo de Paz, así como el hecho de que veremos figuras como los derrotados en la elección presidencial como congresistas por derecho propio, lo que nos anticipa desde ya un panorama nuevo en materia constitucional y parlamentaria.

 

Pero más allá de eso llegó a la hora de evaluar a los candidatos por lo que deben ser, por sus planes de gobierno, por sus propuestas, por sus obras y por sus aportes.

 

Colombia vive una situación especial que no debe desaprovechar. El país está en bono demográfico, esto quiere decir que hay mas población joven que adulta/mayor, esto, sin lugar a dudas es una importante oportunidad para organizar nuestro sistema educativo, nuestro sistema de salud y nuestro sistema de seguridad social.

 

Además de esto, el 73% de los colombianos tienen hoy menos de 45 años, y la edad media oscila entre los 27 y los 28 años de edad.

 

¿Por qué es importante?, porque un país que no aprovecha su bono demográfico está condenado a padecer penurias en su sistema pensional, en su economía, en su sistema educativo y, porque si en este momento no se toman las medidas coyunturales que permitan trazar reformas de 20 o 50 años, posiblemente veremos un país envejecido, empobrecido, desamparado y desprotegido.

 

No es momento para seguir cayendo en debates anacrónicos de derecha e izquierda como factor decisional, es hora mas bien de aprovechar a un país joven, primivotante, entusiasta y de Siglo XXI para enseñarle una política nueva, una de propuestas, una de su propia generación, una que hable su idioma, pero sobretodo una que se preocupe por el ahora y el mañana, y no por la inmediatez de lograr su voto con promesas vacuas o medidas efectistas.

 

El mundo también ha cambiado, antes era impensable tener gobernantes jóvenes, ahora tenemos una mayor expectativa de vida, una población mas educada, una población con mas trayectoria, lo que no se reduce simplemente a la suma aritmética de años, o a la acumulación de cargos públicos o un abultado palmarés burocrático.

 

Emmanuel Macron en Francia, Justin Trudeau en Canadá y Jacinda Ardern en Nueva Zelanda son solo tres ejemplos de gobernantes de menos de 45 años que representan un relevo generacional y una renovación en sus sistemas políticos.

 

La elección presidencial en Colombia nos presenta varios retos: recibimos una economía resentida y desacelerada, una desindustrialización, una asfixia tributaria, una hiperinflación normativa y regulatoria, y un escenario complejo y distorsionado derivado del denominado “Acuerdo de Paz” y el clima de pugnacidad y polarización potenciado por los actores formales e informales.

 

Colombia cuenta no solo con la población joven para sacarla adelante, sino también con las herramientas. Es un país de cultura, de creatividad, de artes y de aquello que se denomina economía creativa o economía naranja. Es un país de una población con acceso y manejo de las tecnologías de la información, y es un país en donde se debe potenciar el estudio de las carreras técnicas, de valor agregado y de creatividad; y que debe generar emprendimientos como herramientas de trabajo y de ascenso profesional y social.

 

La elección de 2018 de seguro presenta interesantes candidatos, pero es una en donde no podemos elegir con el reduccionismo de izquierda o derecha, rojo o azul, paz o guerra; llevamos toda nuestra historia republicana en estos dilemas bipolares que no nos han llevado a nada, adicionalmente hemos gravitado entre el miedo y la esperanza con los actores ilegales, el narcotráfico, las guerrillas y los paramilitares.

 

En un país en donde el abstencionismo ronda los linderos del 60%, y con un censo electoral de un potencial de 34 millones de votantes, el reto no es menor.

 

El pasado domingo 11 de marzo se celebraron las elecciones parlamentarias y las consultas interpartidistas. Por primera vez la participación en estos comicios se incrementó en casi un 5%, con casi 18 millones de votantes.

 

No estamos ni cerca a los 34 millones del censo electoral – que valga decir aún necesita depuración – pero sí nos acercamos a un escenario en donde la abstención deja de ser la regla general. Esto nos debe llenar de optimismo y nos debe mostrar que, en esta ocasión, los jóvenes sí salieron a votar masivamente.

 

Diez partidos políticos obtuvieron curules en el congreso, y cinco parlamentarios entraron sin alcanzar el umbral por derecho propio, los de las autodenominadas “FARC”. La primera fuerza política la compone el Partido Centro Democrático y la segunda el Partido Cambio Radical. El primero cuenta con un candidato presidencial joven (41 años), que venció en un mecanismo interno de cinco encuestas y obtuvo una votación de 4.044.509 de votos, correspondiente al 67.76% de la votación en la consulta del 11 de marzo.

 

De otra parte, el Partido Cambio Radical obtuvo el segundo lugar en congresistas y es un partido fuertemente cuestionado por investigaciones y sanciones, sin embrago, lo paradójico es que en lo formal no cuenta con un candidato presidencial, aunque su fundador y jefe natural se inscribió por firmas.

 

En este escenario el fenómeno de Iván Duque, candidato presidencial por el Partido Centro Democrático - y a quién adhirió como formula Vicepresidencial Martha Lucía Ramírez -, nos demuestra como Colombia está orientándose hacia la tendencia global con un candidato de menos de 45 años, con educación superior nacional e internacional, bilingüe, tecnócrata, ajeno a la política tradicional, y con una exitosa carrera en el ámbito multilateral e internacional, así como una gestión como senador de la república que lo llevó a ser elegido varias veces como revelación y mejor senador; por lo que se convirtió en un referente del debate técnico, sustentado y argumentado, y un senador que, estando en la oposición, logró aprobar cuatro leyes de la república de su autoría.

 

Su propuesta programática se fundamenta en tres pilares: la legalidad, la equidad y el emprendimiento, y ha lanzado 162 propuestas base, así como cuatro libros con su visión de país. Duque se perfila como un fenómeno electoral en la elección del 27 de mayo, y puede ser el próximo presidente de Colombia.

 

Invito a los lectores a analizar las propuestas de los candidatos presidenciales, a leer su plataforma programática, a hacer la comparación del país del 2010 con el del 2018, y a que hagan la mejor elección para un país que se ha tardado en su inserción en el Siglo XXI y que necesita algo mas que anacrónicos debates de extremos, necesita un gobierno de centro, de avanzada y de visión, les propongo entonces que hagamos la mejor elección.

 

Andrés Barreto González

Of Counsel en Moncada Abogados
Secretario General del Colegio Colombiano de Juristas
Miembro de ACCOLDI y la IBA
www.andresbarreto.org

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