LAS 7 VIRTUDES DEL EMPRENDEDOR

Editorial

LAS 7 VIRTUDES DEL EMPRENDEDOR

Después de muchos años de haber participado en varios proyectos de emprendimiento, con éxitos, frustraciones y también con fracasos, he llegado a la conclusión de que no existe una fórmula mágica que permita evitar éstas últimas, porque las mismas hacen parte del aprendizaje y muchas veces se constituyen en un requisito para lograr el éxito; no obstante he identificado algunos aspectos que pueden reducir estos riesgos y facilitar el camino para el logro de los objetivos. 

Antes de esto, recordemos una definición de Acción emprendedora: “El emprendedor es un individuo con posibilidades para innovar, con la suficiente capacidad para generar bienes y servicios creativa, ética, metódica, efectiva y responsablemente; ésta acción emprendedora es toda acción que innova y crea a través de un proceso organizado de relaciones interpersonales, manejo de recursos adecuados, un objetivo orientado con fines lucrativos y de aporte a la sociedad, una acción emprendedora que tenga la capacidad de constantemente crear con características como la utilidad y el valor”. 

En armonía con esta definición, un emprendedor exitoso debe procurar cultivar y fortalecer los siguientes aspectos de su personalidad que lo ayudaran a cumplir esta misión: espíritu de sacrificio, honradez, persistencia, curiosidad, enfoque, austeridad  y carisma. 

Espíritu de sacrificio: así como no es nada fácil ingresar a una empresa importante y ascender dentro de está hasta llegar a un alto cargo ejecutivo, mucho menos lo es crear una empresa rentable y mantenerla vigente durante muchos años. En ambos casos se requiere dedicación y mucho sacrificio. Como empleado se compite con los colegas, que al igual que usted, también sueñan con alcanzar un cargo de mayor jerarquía y responsabilidad. En un emprendimiento se tiene que luchar contra otras empresas y posiblemente, cientos o miles de personas que trabajan en éstas, por tanto exige lo mejor de uno y es necesario estar dispuesto a dejar hasta la última gota de sangre en la arena, como decían los antiguos gladiadores romanos. Un emprendedor debe estar dispuesto a invertir tiempo sin límite y dinero más allá del presupuesto inicial, sin ninguna garantía de éxito o retorno de la inversión. Sin sacrificio y trabajo duro no hay recompensa o como lo dice aquel adagio en lengua inglesa, “No pain no gain”, sin dolor no hay ganancia.

Honradez: esta virtud, bastante menospreciada en nuestra cultura, se convierte en un valor muy importante para cualquier empresa. La honradez con los clientes significa no prometer algo que no se va a cumplir o recurrir a engaños o mentiras para ganar el pedido o contrato, sacrificando la verdad y el prestigio de la compañía. Es una ganancia de corto plazo, pero una pérdida a mediano y largo plazo. Los clientes, socios, empleados y proveedores sabrán valorar y recompensar esta virtud en vía de extinción en nuestra sociedad moderna.

Persistencia: la paciencia es un valor que debe cultivar un buen emprendedor y que va atado a otra virtud que es la persistencia o perseverancia en el logro de los objetivos. Ante los primeros obstáculos o dificultades un emprendedor no puede abandonar la pelea, tiene que persistir, incluso si es necesario modificar de plano su estrategia inicial para lograrlo. Pivotear la idea inicial, como se dice en el argot de las startups, consistente en revisar los planteamientos iniciales del plan de negocio, normalmente resumidos en el modelo Canvas, ampliamente utilizado en este tipo de emprendimientos. Las startups más que dinero, requieren de una buena idea, así no sea la más original, porque la diferencia para el éxito o fracaso de un emprendimiento puede estar en la ejecución de la misma y las personas que la impulsan. La mayoría de los negocios que existen hoy empezaron con un servicio o producto que luego, y debido a los pivotes de la idea inicial terminaron en algo completamente distinto, revisemos los casos de los Hoteles Marriot, Samsung o Starbucks sólo por nombrar algunos ejemplos. El rumbo final de su empresa, solamente lo sabrá una vez ponga a andar la idea.

Curiosidad: “nadie que tenga curiosidad puede ser un tonto” dice el astrofísico y escritor Neil Tyson; en los negocios esta máxima si que se cumple, ya que la curiosidad del emprendedor por conocer nuevos procesos, intentar novedosos productos o servicios, o diferentes formar de fabricarlo o prestarlo, entre otras muchas cosas, garantiza que el emprendedor aprenda de sus errores y de la competencia para mejorar y alcanzar la excelencia y el éxito. Dormirse en los laureles trae consecuencias nefastas para una empresa, esto suele ocurrir con mucha frecuencia, luego de alcanzar cierto punto de crecimiento.

Enfoque: para lograr el éxito empresarial, así como para cualquier otra disciplina humana, se requiere la excelencia en lo que se pretende hacer, y para lograrlo se requiere “enfoque”. El que quiere ser bueno en todo, termina siendo mediocre en todo. Los deportes son un buen ejemplo para entender este principio. El deportista que quiere ganarse una medalla de oro en cualquiera de las disciplinas deportivas, no solamente debe tener características físicas que lo favorezcan ante los competidores, sino que tiene que practicar muchas horas diarias y volverse más que un especialista en el tema. Nunca se ha visto que un solo deportista pueda dominar y ganar medallas en varios deportes, y la razón es precisamente esa: el enfoque. Una herramienta ampliamente utilizada en el mundo empresarial para lograr el enfoque, es la Planeación Estratégica. Mediante este metodología, el empresario logra afinar una estrategia para conquistar el nicho seleccionado, ofreciendo productos o servicios diferenciados, a un precio adecuado y con valor agregado respecto a la competencia.

Austeridad: la templanza o mesura en el gasto no es una virtud que abunde en el mundo empresarial y menos en nuestra cultura colombiana. Con frecuencia gastamos más de lo que tenemos en nuestras cuentas bancarias, empeñando el futuro, gracias a la existencia nefasta de las tarjetas de crédito y los créditos de consumo. En las empresas, con frecuencia, sucede lo mismo. En las situaciones de abundancia, que puede ser incluso en el momento de la capitalización inicial y sin haber vendido un solo peso, se pueden causar gastos innecesarios y suntuosos, porque la tentación de consumir es muy grande y está presionada por todos y cada uno de los socios y/o empleados que están viendo los resultados o el dinero y creen tener derecho a disfrutar de éste. En las épocas de vacas gordas, preferiblemente las empresas deberían invertir en su crecimiento y fortalecimiento empresarial.

Carisma: no por haberlo dejado de último es el menos importante, todo lo contrario, sin el carisma del emprendedor, el éxito del emprendimiento es incierto. Se necesita una personalidad segura y a la vez encantadora que logre seducir en un principio a los socios o a los posibles inversionistas o capitalistas, a los empleados, a los bancos, a los proveedores y obviamente a los clientes potenciales. En caso de que no se tenga esta fortaleza, se debe buscar un socio o empleado que la posea, pues es un factor clave del éxito. 

Hacer empresa tradicional en Colombia no es nada fácil, ya que a diferencia de países desarrollados, no se cuenta con redes públicas ni privadas que apoyen a los empresarios, ofreciéndoles capacitación, aliados de negocios y posibles inversionistas, razón por la cual los emprendedores tienen que acudir en principio a las 3F (Family, Friends, y Fools) para poder acceder a recursos financieros, dado que los bancos no cuentan con líneas de crédito para empresas recién creadas. Afortunadamente la globalización y más específicamente internet, nos ha abierto las puertas al mundo de los inversionistas de startups; sitios web como Ycombinator, Wayra, Socialatom ventures, entre muchos más, permiten postular nuevos proyectos de innovación tecnológica sin importar la nacionalidad. Si su idea es suficientemente buena y cuenta con el equipo humano adecuado para desarrollarla, seguramente recibirá los recursos para iniciar el proyecto.

 


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