La que los grandes empresarios callan y los políticos no capitalizan: La innovación ha sido más impulsada por lo público que por lo privado

La que los grandes empresarios callan y los políticos no capitalizan: La innovación ha sido más impulsada por lo público que por lo privado

La que los grandes empresarios callan y los políticos no capitalizan: La innovación ha sido más impulsada por lo público que por lo privado

 

Por: Juan Camilo Rojas Arias: Abogado candidato a Doctor, con Máster en derecho económico y políticas públicas e internacional (LLM), Especialista en derecho comercial con profundización en el área de derecho económico, internacional y de la administración pública.

 

La forma en que nos expresamos de un Estado es la antesala de lo que obtendremos de este. Percibir y exponer al Estado desde el sesgo político y/o personal a fin de caricaturizarlo como un entramado paquidérmico, obsoleto, corrupto, necesario para lo básico pero demasiado torpe para el mundo dinámico es una visión, de por sí injusta, que seguramente se convertirá en una predicción cumplida.

Uno de los grandes retos que han afrontado las sociedades desde la antigüedad y que se ha incrementado en esta era de la información es buscar la forma correcta de usar el conocimiento humano en pro de mejores resultados sociales, políticos y económicos, camino que a juicio personal debe partir desde la consciencia de la implicación del individuo en la sociedad.

En esta vía, representar la realidad económica y política como un espacio que describe o que “vende” la idea que algunos actores son innovadores, salvadores y redentores de un mundo a punto del desastre, donde la magnanimidad de estos sujetos excepcionales los lleva a asumir riesgos desmedidos, frente a agentes que detraen riqueza o bienestar social, es el camino de la demagogia y de la imposibilidad de construir un país colaborativo e innovador. La innovación, en mi opinión es una suma de factores que se podría simplificar así:

La innovación es un proceso en el que, de acuerdo con la experiencia internacional, interviene lo público y lo privado seguido de la siguiente lógica:

1. La experiencia ha demostrado que el Estado ha sido determinante para la creación de la riqueza (no solo como administrador y regulador de los mercados) sino a través de las inversiones públicas.
2. La visión del Estado a largo plazo, y pensar más allá de la utilidad, le ha permitido asumir riesgos más elevados que los que han pretendido asumir los mercados (la innovación puede tardar décadas).
3. La visión especifica del Estado a menudo, fruto de una política público-privada ha llevado al desarrollo de las grandes disrupciones tecnológicas de la actualidad (El hombre en la Luna – la creación de la NASA – son los precursores de toda una industria floreciente en la actualidad dedicada a asuntos aeroespaciales / luchas contra el cambio climático – ha llevado al desarrollo de toda una industria verde y al desarrollo de fuentes alternas de la energía combustibles) creando nuevos mercados, no solo corrigiendo fallas sobre los existentes.

 

Por ejemplo, la inversión pública de Estados Unidos ha jugado un papel indispensable en el desarrollo de los mercados y de nuevos productos. El IPhone es un producto excepcional que tuvo como base el sistema de apoyos públicos de Estados Unidos (Red de computadoras creada por encargo del Departamento de Defensa de los Estados Unidos - ARPANET – precursor del Internet / Programa Militar de USA- NAVSTAR – Precursor del GPS / Agencia de Investigación de Proyectos Avanzada en Defensa DARPA – Precursor de Siri / Becas de la Cia dieron fundamento al desarrollo de la tecnología táctil en dispositivos móviles), lo cual permitió un apalancamiento de la iniciativa privada sobre áreas inexploradas que contaron con financiamiento público, que en su momento no encontraron mayor aplicación, pero que de forma agregada dieron lugar a una industria icónica de la actualidad como APPLE.

 

4. El Estado forja demanda y crea mercado a través de exenciones fiscales tanto en oferta como en demanda (oferta – desgravar la producción o la utilidad / demanda descuentos fiscales a quienes adquieran determinado bien o servicio). Por ejemplo uno de los países que más adquiere vehículos eléctricos es Noruega por su decidida política de estimular la compra de vehículos verdes.

Entonces ¿Cómo potenciamos el rol del Estado como precursor de la innovación privada?

1. Resignificar y reconocer la importancia del rol Estatal en la innovación privada.
2. Reevaluar la medición de eficiencia del gasto público en innovación. Un análisis –necesario pero limitado- de costo beneficio del gasto público en temas de innovación supondría inversiones específicas sobre proyectos particulares, lo cual limita el accionar público a desarrollar, dado que al día presente no se tiene determinado el potencial derivado de determinada inversión. Por ejemplo, empresas como SpaceX de Elon Musk basan su extraordinaria competitividad, innovación y desarrollo tecnológico en las inversiones precedentes realizadas por el gobierno de Estados en la NASA.
3. Despolitizar la innovación. Toda innovación tiene en su esencia a la incertidumbre, lo debe conllevar al reconocimiento que cualquier desarrollo innovador tiene mucha probabilidad de fallar, pero fallar, mejorar y reintentar es parte del ciclo virtuoso que se debería permitir en el proceso de gestión de la innovación desde lo público.

 

En esta vía, si bien la innovación debe estar protegida de ataques políticos o de entes de control sin la preparación adecuada de análisis, también debe haber una consciencia de sostenibilidad financiera de la misma, sin esto no sería viable la innovación. Esto quiere decir que si bien el Estado asume más en las etapas de mayor incertidumbre, también debe estar en las etapas de explotación financiera, es decir, se deben socializar los riesgos y las ganancias, alentando la participación del Estado en empresas innovadoras, lo cual permitirá manejar los impactos fiscales de las inversiones fracasadas en innovación.

 

Construir una realidad excepcional es una tarea entre lo público y lo privado, que requiere más que retórica, consiste más en validación, en construcción colectiva y en resignificar el rol del Estado en cuanto su función, su alcance y estructura en la realidad social y económica de las empresas.

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