La pobreza en Colombia y el empleo vulnerable

Por: Abdón Sánchez Castillo

La pobreza en Colombia y el empleo vulnerable

Las recientes cifras divulgadas por el DANE respecto a la tasa de desempleo y crecimiento económico no son para nada alentadoras. Un PIB a dic 2018Pr de 2,8%, un desempleo del 11,8% (febrero 2019) y un empleo informal del 47,3% (febrero 2019) deberían preocuparnos a todos los colombianos. Pese a los evidentes avances en dichos indicadores durante los últimos años, todavía tenemos guarismos que nos anclan a los llamados países en vía de desarrollo o en el mejor de los casos a los llamados países emergentes. Estos tres indicadores, por si solos, pueden explicar muchos de los problemas que tiene nuestra economía y nuestra población. Para entender cuanto camino nos queda por recorrer, debemos observan estos mismos indicadores en contraste con América Latina, países emergentes, países en vía de desarrollo y países desarrollados.

 

Tasa global de participación, ocupación y desempleo en Colombia.

 

Sin duda la fortaleza económica de un país, su pobreza o riqueza, puede ser deducida observando estos tres indicadores, con especial atención en el llamado empleo informal, o como es llamado por la OIT: empleo vulnerable, esto es, trabajadores por cuenta propia y trabajadores que colaboran en la empresa familiar. El DANE, por su parte, define el empleado informal como el trabajador en un establecimiento de hasta cinco trabajadores, excluyendo los independientes que se dedican a su oficio; por tanto, las cifras del empleo vulnerable de la OIT y empleo informal del DANE son distintas, pero están altamente relacionadas.

 

En el cuadro de tendencias y proyecciones a nivel mundial de la OIT[1], podemos ver como existe una fuerte correlación entre la tasa de pobreza laboral extrema y la tasa de empleo vulnerable. Mientras en los países desarrollados el empleo vulnerable no supera el 10%, en los países emergentes es del 46,3% y en los países en desarrollo del 76,4%.  La OIT calcula este indicador como proporción del total de población empleada. La baja remuneración y la escasa cobertura de seguridad social, hacen que esta población sea vulnerable y represente un problema serio a nivel mundial. Colombia no es la excepción, todo lo contrario, posee niveles muy altos de empleo vulnerable, según la OIT del 60%.

 

 

Recordemos lo que dice la OIT 1 con respecto a las preocupantes cifras de empleo vulnerable en estos países:

 

 

 

En la gráfica de Proporción de empleo por sector de actividad, podemos observar como casi todos los países de América Latina y el Caribe padecen la misma enfermedad de la informalidad que Colombia. El país con peor indicador: Bolivia y el mejor Uruguay seguido por Costa Rica y Chile.

 

Recordemos lo que dice la OIT 1 respecto a dicho indicador en la región:

 

“No hay diferencias significativas en la composición de la informalidad entre los países de la región, donde el grueso del empleo informal tiene lugar entre los trabajadores por cuenta propia y los empleadores del sector informal. Sin embargo, en algunos países, en particular México, Paraguay y, en menor medida, el Brasil, la incidencia del empleo informal es también importante entre las empresas formales. Ello apunta a la necesidad de medidas diferenciadas centradas en fomentar la formalización tanto de las empresas informales como de quienes trabajan de modo informal en empresas formales. Cabe afirmar que la reducción de la informalidad es una de las vías con más posibilidades de erradicar la pobreza laboral extrema y moderada, que sigue afectando a más del 8 por ciento de los trabajadores de la región”.

 

 

La formalización de empresas informales y de trabajadores informales en empresas formales, es la vía expedita para que países como el nuestro salgan adelante. Llama poderosamente la atención el comportamiento similar que tiene el empleo informal en los países en América Latina y el Caribe, esto quizá obedezca a las similitudes culturales y nivel de educación que nos identifica. Sin duda el nivel educativo tiene mucho que ver en el asunto, tanto por la generación de empleo como por la creación de nuevas empresas.

 

Proporción porcentual de la población ocupada.

 

 

Según el DANE la mayor cantidad de empleos está representada por los trabajadores por cuenta propia, seguido por los obreros o empleados particulares.

Para terminar el análisis observemos el ingreso per cápita por departamento, lo cual nos da una señal del nivel de pobreza o riqueza de los habitantes en cada región, pudiendo así determinar la correlación con el nivel de empleo informal del cuadro anterior.

 

Pese a que hay algunas variables que pueden hacer inexacta la correlación, especialmente debido a la producción petrolera, que representa unos ingresos importantes para algunas regiones, podemos concluir que regiones como Chocó, Nariño, Norte de Santander, Caquetá, Sucre, La Guajira, Magdalena, Córdoba, entre otras, muestran coincidencias entre el PIB por habitante inferior a la media del país, y el alto nivel de informalidad. Por el contrario, ciudades como Bogotá, que tiene el nivel más bajo de empleo informal, muestra un muy alto PIB de 29,3 millones de pesos por habitante al año.  

 

Conclusión

Las estadísticas analizadas, confirman la teoría de la OIT consistente en que el empleo vulnerable o empleo informal está altamente relacionado con la pobreza laboral extrema y moderada y que la reducción de la informalidad es la vía más efectiva para erradicar la pobreza.

Se requiere impulsar y apoyar la creación de empresas en las ciudades que muestran grandes niveles de empleo informal y bajo PIB por habitante. El camino por recorrer aún es extremadamente largo: estamos en un 60% de empleos vulnerables (según la OIT) y debemos llegar a un 10% (países desarrollados), es decir, una gestión del 50% en la creación de empleos formales, lo cual implicaría generar más de 5 millones de empleos de este tipo. Lograrlo constituye un verdadero reto, no solo para este gobierno y los siguientes, sino quizá para la próxima generación, ya que como podemos ver, alcanzar tal cantidad de empleos y tener las personas con el suficiente nivel de educación y formación para tomarlos, no es cuestión de un cuatrienio sino un verdadero plan de largo plazo. Se requiere mejorar no solo el nivel de educación de nuestra población, sino también tener la suficiente cantidad y calidad de empresas para emplearla formalmente.

 

Abdón Sánchez Castillo

Gerente Notinet.
Master of Business Administration (MBA), Administración y gestión de empresas, de la Universidad de los Andes.

 


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