Impulso a la reactivación económica. Ahora o nunca.

Editorial

Impulso a la reactivación económica. Ahora o nunca.

Impulso a la reactivación económica.

Ahora o nunca

 

“Luego de la tempestad, viene la calma”

 

Por: Ing. Abdón Sánchez Castillo -Master of Business Administration (MBA) Universidad de los Andes. 

 

Tarde o temprano el COVID19 será derrotado por la humanidad. Algunas proyecciones hablan de septiembre y las más pesimistas de diciembre de 2020, como fecha en la que la población colombiana estará más tranquila y empezará la recuperación en pleno.

 

Todos los gremios, emprendedores, empresarios, dueños de negocios y empleados en general estamos tratando de imaginar cómo hacer para recuperar nuestros negocios, empleos y sectores productivos, qué tan rápida podrá ser esta recuperación y cuántos cambios traerá a nuestras vidas.

 

Las autoridades nacionales y locales deberían estar trabajando desde ya en el tema, porque los estragos que nos dejará la pandemia no serán para nada menores. El FMI proyecta un PIB para el 2020 de -7.8%, y el equipo de investigaciones Económicas de Bancolombia prevé una caída del -6%. El gobierno nacional sigue creyendo que la economía caerá un -5,5%.  El Ministerio de Hacienda pronostica para el 2021 un crecimiento del 6,6%, cifra alcanzable, teniendo en cuenta el bajo punto de partida en el que estaremos, no obstante, requerirá la recomposición del tejido empresarial, el cual ha sido dañado severamente por la crisis sanitaria y las medidas de cuarentena.

 

El desempleo no pinta nada mejor, para el mes de mayo se situó en el 21,4%. Aunque no existe aún una proyección para diciembre de este año, seguramente no será inferior al 15%, dependiendo de las medidas que el gobierno tome por estos días. Recordemos que la informalidad es muy alta en nuestro país, y por tanto la recuperación del empleo dependerá de la movilidad que se registre en cada mes que resta del año.

 

Por estos días, llamó la atención del país, la propuesta de FENALCO dirigida al presidente de la República para impulsar la reactivación económica, la cual gira alrededor de los siguientes 11 ejes estratégicos:

 

  1. Plan sectorial de choque para el salvamento del turismo, el comercio, actividades culturales y de economía naranja.
  2. Fondo económico para la reconstrucción y recuperación del tejido empresarial y del empleo.
  3. Modernización y flexibilización laboral.
  4. Programa acelerado de formalización empresarial y del empleo.
  5. Estímulos e incentivos a la demanda.
  6. Programa avanzado de innovación tecnológica y digitalización.
  7. Rediseño y transformación de organizaciones del Estado - Hacia una nueva banca de desarrollo.
  8. Fortalecimiento de la Ley de Insolvencia Empresarial.
  9. Fortalecimiento del ecosistema de emprendimiento e innovación.
  10. Reducción y adelgazamiento del Estado.
  11. La infraestructura del país, como aliada del sector productivo.

 

Sin duda todos los temas propuestos son de gran importancia, no obstante, aquí vamos a analizar únicamente los que a nuestro juicio tendrían mayor impacto y son más urgentes, propuestas que pueden complementar las de FENALCO.

 

  1. Plan sectorial de choque para el salvamento del turismo, el comercio, actividades culturales y de economía naranja.

 

El sector turístico está paralizado desde marzo, y según las proyecciones lo que resta del año seguirá igual.

Figura 1. PIB valor agregado alojamiento y servicios. Fuente: Min comercio

 

El crecimiento del sector hotelero ha sido importante durante los últimos años, tal como se evidencia en la figura 1. El aporte al PIB durante la última década se ha mantenido en una senda de crecimiento anual entre el 3.5% y 3.8%. Para el 2020 se esperaba la llegada de 4,5 millones de visitantes no residentes.

 

Realmente es necesario y urgente un plan de choque para salvar este sector, de forma tal que las empresas hoteleras y del sector turístico puedan llegar al próximo año y recibir los viajeros que estaban proyectados este año o quizá más. La pregunta es: ¿cómo hacerlo?

 

De parte del gobierno se requerirán propuestas innovadoras y prácticas, partiendo de hechos fácticos.

 

Por ejemplo, los créditos bancarios ofrecidos por el gobierno a través de la banca no son de utilidad para el sector turístico por las siguientes razones:

 

- Los hoteles y empresas del sector turismo no tienen problemas de flujo de caja solamente, sino pérdidas reales de más del 75% para el año 2020, es decir, la desaparición de los ingresos correspondientes a nueve de los doce meses del año.

- Ese ingreso perdido nunca se recuperará, por consiguiente, no es posible ni aconsejable tomar créditos adicionales a los que ya se tenían, dado que tarde o temprano se tendrían que pagar estos, incluyendo además intereses.

- El delicado flujo de caja que se tendrá luego de la recuperación no hará viables cargas adicionales para pagar créditos de corto plazo, como los que está otorgando la banca.

- Pese al respaldo que la nación está dando a los créditos durante la pandemia, la banca no los está otorgando con destino a este sector, por ser de alto riesgo.

 

Se requieren recursos frescos y no retornables que compensen los costos fijos que no pudieron ser eliminados o postergados mediante los decretos presidenciales expedidos durante la emergencia económica y sanitaria, como son:

 

- Intereses de los créditos bancarios.

 

- Gastos de mantenimiento.

 

- Arrendamientos

 

- Aportes a la seguridad social de los empleados (incluidos los suspendidos).

 

- Primas de los empleados (incluidos los suspendidos).

 

- Indemnizaciones pagadas a empleados que se les terminó el contrato durante la pandemia.

 

- Renta presuntiva año 2020 (0,5% de su patrimonio líquido).

 

- Lucro cesante por las altas inversiones realizadas en activos destinados a la prestación del servicio turístico.

 

- Servicios públicos.

 

- Seguridad privada.

 

Una propuesta innovadora y realmente útil para el sector, que podría compensar estos costos sería la eliminación del impuesto a la renta y renta presuntiva por los siguientes diez (10) años, incluyendo el 2020. Recordemos que este impuesto hoy es del 9% sobre la renta líquida gravable. Proponemos diez años porque sería el equivalente aproximado de las utilidades dejadas de percibir durante el 2020 (10%). Para aquellas empresas que tienen tarifa plena del 32% al 30% para los siguientes años la exención debería ser hasta por 4 años.

 

Una ayuda real al flujo de caja del corto plazo para las empresas del sector sería la devolución de los pagos de IVA e impuesto al consumo realizados durante el año 2020. Es decir, estos dineros se tomarían como un préstamo del gobierno, el cual podría ser devuelto por la empresa durante los siguientes dos años en cuotas bimestrales, a una tasa blanda o preferencial. El IVA e impuesto al consumo que las empresas hubiesen pagado durante este año, le sería reembolsado a la respectiva empresa inmediatamente, una vez hecha la solicitud por parte del representante legal. Las empresas que debiesen impuestos correspondientes a este año lo pagarían en las condiciones ya mencionadas.

 

Exención del IVA para servicios hoteleros durante los siguientes 5 años, con el objetivo de incentivar el crecimiento del sector, gracias a la disminución de tarifas de hospedaje.

 

2. Modernización y flexibilización laboral.

 

A nuestro juicio este es uno de los aspectos más importantes en que debe poner su atención el gobierno; si se logra facilitar y movilizar un flujo importante de oferta formal de empleos por parte de empresas y negocios, su efecto es muy positivo, no solamente en la economía sino también en los indicadores de empleo, reducción de la informalidad y de la pobreza.

 

No es un tema nada fácil de manejar por el gobierno y el congreso, ya que la presión realizada por los gremios obreros y partidos de oposición, cuya política es oponerse sistemáticamente a todo cambio en el Código Sustantivo del Trabajo, y en general a todo lo que venga del gobierno o de sus partidos políticos, harán todo el ruido necesario para impedirlo.  Prueba de esto, son las pocas reformas trascendentales y de avanzada que se han podido hacer durante las últimas décadas.

 

En nuestro país debemos romper el paradigma cortoplacista, que se basa en la equivocada creencia de que el trabajo formal y de calidad se logra obligando a las empresas a contratar formalmente, es decir utilizando la ley como una herramienta coercitiva, en vez de utilizarla como un mecanismo para incentivar el empleo formal y de calidad.

 

La prueba contundente del fracaso de este modelo anacrónico y perverso está frente a nuestros ojos, tal como se observa en la Figura 2 del DANE. Observen como la mayoría de las personas a mayo de 2020 trabajan por cuenta propia (44%), esto quiere decir: informalidad, esto sin contar con el trabajo sin remuneración (3,4%) y jornalero o peón (3,6%) que es otra forma de informalidad.  Tan solo tenemos hoy un 39% de empleo formal. Si seguimos haciendo lo mismo, no podemos esperar que se tenga resultados distintos.

 

Figura 2. Distribución porcentual, variación porcentual y contribución a la variación de la población ocupada según posición ocupacional.

 

La solución puede ser simplemente imitar lo que han hecho países desarrollados y con niveles de desempleo informal muy bajos:

 

 - Flexibilizar la legislación laboral permitiendo el trabajo por horas, pero con seguridad y prestaciones sociales en proporción, incluyendo aportes a pensión, de forma tal que se pueda tener total movilidad laboral, atender horas pico de servicios o productos y hacer más eficiente la operación.

 

- Libertad para iniciar o terminar contratos laborales (movilidad laboral), tanto por parte del trabajador como del empleador. Para las empresas y negocios, tener la posibilidad de ajustar su nómina, incrementándola o disminuyéndola, dependiendo de la demanda de sus productos o servicios, en forma eficiente y sin tener que pagar indemnizaciones o asumir sobrecostos por este motivo.

 

-Tener un sistema eficiente y moderno para contratar y desvincular personal, de forma tal que se puedan pagar la seguridad social en forma rápida y sin trámites engorrosos y en proporción a las horas trabajadas por cada trabajador.

 

-En el caso de requerir contratar personal por horas, tener la opción de pagar estos salarios en forma integral, es decir que incluyan todas las prestaciones sociales, tales como primas, cesantías e intereses a las cesantías; es decir, el valor de la hora ya incluiría estos conceptos.

 

-Al tener mayor flexibilidad laboral, las empresas pueden ser más eficientes en su operación y mejorar su competitividad, con lo cual podrán crecer más y por ende generar mayor empleo.

 

-En caso de mujeres embarazadas o enfermedad del trabajador, el sistema de seguridad social debería garantizar los servicios médicos y el mínimo vital para el trabajador y su bebé en caso de embarazo.

 

La pedagogía de parte del gobierno en esta estrategia debe ser muy intensa. Es necesario hacer entender a toda la población, incluidos los gremios y partidos políticos, que es preferible incentivar la economía y el empleo de forma tal que se tenga más empleo con todas las garantías: prestaciones sociales (primas, cesantías, intereses a la cesantías) y seguridad social (salud y pensión) sin importar el tipo de contrato: por horas, indefinido, por obra o labor o a término fijo, y no unas exigencias anacrónicas ideales que se quedan en el papel, pero que nadie aplica, terminando en lo que tenemos hoy: una minoría de trabajadores con contratos formales y la mayoría informales sin prestaciones ni seguridad social. Es necesario cambiar el concepto de “Estabilidad laboral” por “Suficiencia laboral” o “Movilidad Laboral”. El empresario serio, quien es el que normalmente ofrece empleo formal, no dejará de contratar personal a término fijo o indefinido, porque seguramente al contratar por horas a una persona que necesita en forma permanente, le saldría más costoso y además correrá el riesgoso de perderlo frente a la competencia, especialmente si es personal calificado.

 

3. Programa acelerado de formalización empresarial y del empleo.

 

El punto anterior, también apoyaría directamente este programa, no obstante, y seguramente se requerirían muchas otras acciones. Para poder proponer alternativas, primero debemos entender las posibles causas o razones por las cuales muchos negocios o pequeñas empresas permanecen en la informalidad. Relacionamos algunas que se nos ocurren:

- Los pequeños negocios y empresas no están dispuestos a pagar impuesto a la renta, ni cobrar IVA y menos pagarlo. La alternativa que la última reforma tributaria dispuso orientada a la formalización, es decir, el llamado “Régimen simple”, es demasiado costoso y complicado comparado con la actual situación: pago cero de impuestos y cero trámites y papeleo. Sus micronegocios o microempresas dejan márgenes muy pequeños que apenas les permiten sobrevivir; cargarlos con un impuesto es inequitativo e injusto, además de impracticable.

 

- La mayoría de estos pequeños emprendimientos hacen las transacciones en efectivo, siendo prácticamente imposible su seguimiento o trazabilidad. Frecuentemente estas personas son enemigos acérrimos de los bancos, por los costos de estos y los riesgos de ser detectados por la DIAN gracias a sus reportes.

 

- La contratación de personal se hace verbal e informal y por día laborado, pagando también en efectivo.

 

Paradójicamente el estado es el mayor promotor de la contratación informal, ya que debido al clientelismo agazapado en los partidos políticos que tienen bajo su control los altos cargos de las entidades del estado, surten trabajos por prestación de servicios a diestra y siniestra, cuando realmente son contratos laborales.

 

El plan para formalizar las microempresas y negocios informales debería contemplar propuestas que sean atractivas para este tipo de emprendedores, lo cual no es nada fácil. Incluso, debería estudiarse la posibilidad de que los impuestos a su cargo fueran realmente muy bajos o cero, a cambio de que se formalicen y su contratación de personal sea también formal, para lo cual se deben reducir los costos de nómina, estudiando propuestas como el trabajo por horas.        

 

4. Fortalecimiento de la Ley de Insolvencia Empresarial.

 

La pandemia con seguridad traerá miles de empresas que estarán al borde de la liquidación, y será necesario tener una ley de insolvencia mucho más agresiva y ágil para palear este grave problema y sobre todo ayudarlas a salir adelante, porque para generar empleos formales y mover la economía se requieren empresas funcionando y con flujos de caja viables. Las recientes reformas provisionales, impulsadas por el gobierno nacional mediante los decretos 560 y 772 de 2020, aunque han ayudado en esta coyuntura, deberían volverse permanente y además complementarse con propuestas más profundas que realmente le ayuden a las empresas a aliviar su flujo de caja, como por ejemplo volverlas exentas del impuesto a la renta durante los primeros cuatro años, luego de aceptado su proceso de reorganización por parte de la entidad autorizada, devolviéndole en forma inmediata las retenciones en la fuente que le hayan sido realizada posteriormente a dicha aceptación.

 

Para finalizar, recordemos las sabias palabras de Albert Einstein: “En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”.

 


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