El SESGO DEL PESIMISMO INFUNDADO: El prejuicio que va en contra de la racionalidad para tener un pa

Por: Juan Camilo Rojas Arias

El SESGO DEL PESIMISMO INFUNDADO: El prejuicio que va en contra de la racionalidad para tener un pa

Diversos estudios sobre el campo comportamental del ser humano han arrojado datos interesantes acerca de su desarrollo y estructura. Siendo esto así, se ha determinado que, cuando se trata de la personalidad, cerca de la mitad de las diferencias entre seres humanos se debe a factores genéticos. No obstante, la neurociencia ha podido demostrar, con claridad meridiana, que a lo largo de nuestras vidas, la personalidad genética responde a factores externos ajustando la intensidad con que responden al día a día, en un proceso conocido, gracias al doctor Conrad Waddington, como epigenética.

El mensaje central gira en torno a identificar social y organizacionalmente él denominado "sesgo del pesimismo infundado" no como un bien deseable en la coyuntura sino como un factor perverso y subjetivo sobre la realidad. Si bien, puede existir una tendencia genética a generarlo, está claro que su desarrollo está relacionado con las circunstancias ambientales, sociales y políticas. Esto me ha llevado a pensar en que por estos días se siente en el país y específicamente frente al sector público, una tendencia negativa hacia todo lo público y la situación en general (algo que no es nuevo).

La propuesta personal y sugerida a todos, es revertir esta tendencia y entender que hay elementos que pueden desvirtuar ese pesimismo generalizado. Este sesgo de pesimismo al no tener en todos los casos una estricta fuente de verificación, no resulta atrevido identificarlo como como un prejuicio, a partir del cual se hacen  predicciones subjetivas para el país, sin tener en cuenta las señales que indican que los periodos críticos están quedando atrás y que el camino en el cual se está enrumbando el destino de nuestra Nación, quizás, solo quizás, no puede ser tan erróneo como algunos creen.

No obstante todo lo anterior, debemos reconocer que en la cima no se vive por siempre, y que las sociedades, las relaciones y los ciclos económicos y políticos pasan por temporadas de transición, de recuperación y de declive. Dentro de estos escenarios de complejidades, siempre van a girar las opiniones cruzadas y la pugna entre imaginarios sociales, por lo general muy polarizados, en el que unos definen el mundo bajo unos esquemas. Lo que sí es claro, es que como en cualquier debate, todos suelen tener parte de la razón.

Es por eso que, sin temor de morir en el intento, plantearé algunas cifras y datos objetivos sobre aspectos puntuales de la realidad económica y social en Colombia. Lo primero que hay que dejar claro, es que la enunciación que realizaré, indefectiblemente se lee bajo la dinámica y complejidad del sistema político, social y económico del país; y por tanto, el sesgo de cada lector, la evidente complejidad de variabilidad de los datos, la divergencia de líneas de base y de la irracionalidad, impactaran de manera directa sobre el análisis objetivo de lo que se presenta a continuación.

No obstante, bajo mi sesgo positivista de ver siempre el vaso medio lleno, les presento mí replica ante el sesgo pesimista, así:

Postulado General: debemos identificar las conductas sociales y políticas nocivas de construir destruyendo. Lastimosamente nuestra cultura política del hacer, radica exclusivamente en destruir lo del líder inmediatamente anterior (aplicable a cargos de elección popular como de libre nombramiento y remoción). Para este fin, se usa la tergiversación, la inexactitud y el engaño. Con lo anterior, no pretendo justificar una bandera irracionalmente positiva, reconozco las falencias y los errores de las diferentes administraciones, pero quizás, solo quizás, no resulten tan malas como se pretenden hacer ver de cara a cada periodo de elección electoral.

Social – Enfoque Multidimensional-: el país ha logrado avanzar a un ritmo importante en la disminución de la pobreza, pasando en 2002 de 49.7% de la población a 27.8% en 2015. "Pocos países han logrado avances tan rápidos e importantes en el mundo. No obstante, en estricta justicia el logro no es absoluto, la reducción de la pobreza se generó principalmente en las grandes ciudades y algunos departamentos redujeron la pobreza cerca al 30% durante los últimos 15 años, departamentos como Chocó, La Guajira, Norte de Santander y Cauca siguen conservando niveles de pobreza muy similares a los que tenían en 2002.

Violencia: Durante el conflicto armado en Colombia se tiene un registro aproximado de 7.902.807 victimas (casi toda la población de Bogotá), es decir, 16 mil habitantes de cada 100 mil fueron víctimas del conflicto en Colombia, esto equivale a establecer que en Colombia cada 2 minutos hubo una víctima en Colombia (Registro Nacional de Victimas). Después de firmar la paz la cifra se ha reducido constantemente. No obstante ha habido un aumento de las muertes violentas no asociadas al conflicto armado, según medicina legal las muertes violentas aumentaron en promedio un 22% en el año 2017.

La Economía: Si se analizan los datos y las proyecciones de diferentes sectores, no resulta improvisado afirmar que la economía colombiana ya tocó fondo. Lo más complejo en este proceso de ajuste que hemos venido experimentando en los últimos tres años ya lo hemos dejado atrás, si se miran los datos del crecimiento real este año 2017 ha sido el punto más bajo desde el año 2014 en PIB, Consumo Privado y Público, exportaciones e importaciones. No obstante, teniendo presente que, según los entendidos, el PIB potencial del país rodea ahora el 3,3% como consecuencia del desempleo, la población y de la caída en los precios del petróleo, la productividad y la inversión, se tiene que Colombia lograría acelerar su crecimiento desde el 1,6% que se espera este año hasta 2,5% en el 2018. Lo anterior, bajo una política económica de reactivación productiva, impulso a la infraestructura y una inflación controlada.

La Educación: La OCDE a finales del año 2016 sostuvo que Colombia es el sexto sistema educativo que más rápido ha mejorado entre los 72 países que participaron en el Programa Internacional de Evaluación a Estudiantes PISA. No obstante, no se debe perder de vista que aún estamos por debajo del promedio de la OCDE.

El derecho: motivo de la crisis del Derecho: crisis de filiación y de carácter trascendente. En Colombia, como todos saben, somos un país de abogados. Nuestra hiperproducción normativa de hasta 3 normas (leyes, decretos y/o resoluciones) por día, ha generado una malsana dependencia hacia esa área de conocimiento. La fragmentación de la filiación y de carácter trascendente sobre el entendimiento del derecho, lo ha vuelto un instrumento de consenso y de mayorías, que en la práctica se ha vuelto un medio para disfrazar la corrupción, la injusticia social y las tiranías contractuales y procesales. Siendo esto así, la crisis del Derecho será cada día peor, porque no existiría la posibilidad de imponer unas bases comunes del mismo, fundamentadas en la ética, el derecho natural, lo moral, etc, de modo que las aberraciones jurídicas generadas en la realidad siempre serán justificadas bajo la lógica de la exegesis, de haber cumplimentado las formalidades debidas del sistema legal establecido.

Lastimosamente, esto no genera sorpresa, el proceso de fragmentación ética que afecta a nuestra sociedad colombiana, así como el relativismo y el individualismo que caracterizan decisivamente a todos los participantes de esta era, han afectado profundamente a las raíces del derecho, a sus operadores y lo más grave aún, a quienes administran justicia y tienen la facultad de interpretación por jerarquía y sistema, los jueces y Magistrados.

Al final, como esta planteado el equilibrio de la realidad jurídica, el derecho está expuesto al juego de las mayorías en su concepción y, su aplicación, de la conciencia de los valores de la sociedad del momento. La dinámica de la ciencia jurídica también depende del operador y del intérprete, de tal suerte, para que evolucionemos en una sociedad mejor, debemos depender menos de las normas y más del respeto y de la buena fe.

Frente a lo anterior, el surgimiento de una realidad interconectada y dinámica, supone un freno al desenfreno del derecho. Los escándalos en las altas cortes y en los entes de control, espero limen las conciencias y nos lleven por un mecanismo expedito de control social automático, lo que generará operadores ajustados a la moral, rectitud y fin social que debe prevalecer en el sector público y en todos los operadores de la ciencia jurídica.

En conclusión, la única verdad evidente acá, es que para que Colombia sea mejor, necesita de todos. El éxito de nuestro país, no depende de 1,200.000 (aproximadamente) trabajadores públicos, no pretendamos que el 2.5% de la población cargue el éxito y el fracaso de un país de más 48 millones de habitantes. Este objetivo de remar todos por un mejor país, considero, debe empezar desde la objetividad, de reconocer el éxito y el fracaso de cada gobierno de turno. No recorrer los caminos del fanatismo es un buen inicio, no abusar del poder ni mucho menos remitir las disertaciones y las opiniones de los demás a la bajeza del maltrato y el ataque personal. Reconozcámonos como iguales, entendamos que la simplicidad de la cooperación reviste muchas formas, más allá que un contrato, y propulsemos nuestro potencial, no temamos al fracaso más si temamos a repetir una vez y por la eternidad nuestra, el concepto de patria boba.

Lastimosamente, esto no genera sorpresa, el proceso de fragmentación ética que afecta a nuestra sociedad colombiana, así como el relativismo y el individualismo que caracterizan decisivamente a todos los participantes de esta era, han afectado profundamente a las raíces del derecho, a sus operadores y lo más grave aún, a quienes administran justicia y tienen la facultad de interpretación por jerarquía y sistema, los jueces y Magistrados.

Al final, como esta planteado el equilibrio de la realidad jurídica, el derecho está expuesto al juego de las mayorías en su concepción y, su aplicación, de la conciencia de los valores de la sociedad del momento. La dinámica de la ciencia jurídica también depende del operador y del intérprete, de tal suerte, para que evolucionemos en una sociedad mejor, debemos depender menos de las normas y más del respeto y de la buena fe.

Frente a lo anterior, el surgimiento de una realidad interconectada y dinámica, supone un freno al desenfreno del derecho. Los escándalos en las altas cortes y en los entes de control, espero limen las conciencias y nos lleven por un mecanismo expedito de control social automático, lo que generará operadores ajustados a la moral, rectitud y fin social que debe prevalecer en el sector público y en todos los operadores de la ciencia jurídica.

En conclusión, la única verdad evidente acá, es que para que Colombia sea mejor, necesita de todos. El éxito de nuestro país, no depende de 1,200.000 (aproximadamente) trabajadores públicos, no pretendamos que el 2.5% de la población cargue el éxito y el fracaso de un país de más 48 millones de habitantes. Este objetivo de remar todos por un mejor país, considero, debe empezar desde la objetividad, de reconocer el éxito y el fracaso de cada gobierno de turno. No recorrer los caminos del fanatismo es un buen inicio, no abusar del poder ni mucho menos remitir las disertaciones y las opiniones de los demás a la bajeza del maltrato y el ataque personal. Reconozcámonos como iguales, entendamos que la simplicidad de la cooperación reviste muchas formas, más allá que un contrato, y propulsemos nuestro potencial, no temamos al fracaso más si temamos a repetir una vez y por la eternidad nuestra, el concepto de patria boba.

 

Juan Camilo Rojas Arias

Abogado, especialista en derecho comercial y con dos Maestrías en Derecho Internacional y en Derecho Económico y Políticas Públicas, 
actualmente optando por la candidatura a Doctor por la Universidad de Salamanca España.
E-mail: camilor99@hotmail.com

 

 


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