Co-living un modelo de convivencia, como respuesta al crecimiento urbanístico.

Opinión

Co-living un modelo de convivencia, como respuesta al crecimiento urbanístico.

 

CO-LIVING UN MODELO DE CONVIVENCIA, COMO RESPUESTA AL CRECIMIENTO URBANÍSTICO

 

LIDYA MABEL CASTILLO SANABRIA Abogada de la Universidad de la Sabana (Colombia), Antropóloga Urbana de la URV (España), Abogada Internacional del ISDE (España). Especialista en Estudio de Títulos Inmobiliarios, legalización de garantías hipotecarias, consultor legal externo para entidades bancarias, financieras, constructores e inmobiliarias. 

 

Las formas de trabajo y de convivencia cambian para adaptarse a las nuevas necesidades, por eso el co-living se convierte en una alternativa de crecimiento urbanístico, y como un nuevo tipo de vivienda que empieza a proliferar en diferentes partes del mundo, China, España entre otros países europeos lo vienen usando como modelo de urbanismo al muy buen estilo de Silicon Valley.

 

En los próximos diez años se espera que nuestras ciudades experimenten un proceso de transformación sin precedentes. Según las estimaciones publicadas por la ONU el año pasado, para el 2030 habrá 43 megalópolis en el Planeta Tierra, aquellas con al menos 10 millones de habitantes. Además, el estudio indica que la mayoría de ellas se concentrarán en los países considerados subdesarrollados. Y para mediados de siglo, casi el 70% de la población mundial estará urbanizada. Además, se espera que el 90% del crecimiento de la población urbana se produzca en África y Asia.

 

El aumento progresivo en el número de hogares unipersonales está cambiando el negocio inmobiliario en Colombia. Según el censo de 2018, los hogares con un solo integrante alcanzan 16%, comparado con 14,5% registrado en 2014. Y todo indica que seguirán creciendo.

 

En el marco del auge mundial de la urbanización, se ha introducido el concepto de co-living como instrumento estratégico para combatir la falta de viviendas asequibles en las zonas metropolitanas y para proporcionar a los trabajadores más jóvenes una mejor experiencia comunal. Mientras que los ciudadanos comunes se esfuerzan por encontrar viviendas asequibles, los espacios de convivencia se han convertido en una tendencia entre los millennials.

 

Este modelo de comunidad surgió en la década del sesenta en Dinamarca y se extendió luego a otros países de Europa. Se trata de edificios donde existen dos zonas bien diferenciadas. En una de ellas están las estancias comunes, como la cocina, la sala de estar o el área de trabajo; y en otra las habitaciones, que pueden ser individuales o compartidas. Sobre el papel no parece una propuesta nueva. Las residencias de estudiantes o los pisos compartidos siguen el mismo modelo, pero con una diferencia: estas viviendas no se usan solo para vivir, también se convierten en el lugar de trabajo de los que allí residen, aunque sea de manera temporal.

 

En Colombia hay antecedentes del formato desde hace algunos años. Se circunscribe a edificios de apartamentos que comparten actividades como el lavado de la ropa, el área de estudio, juegos de mesa, gimnasio, terraza para asados, y suelen tener buenos espacios para las bicicletas y pocos parqueaderos de carros entre otros.

 

Los que más conocemos son proyectos dirigidos a estudiantes, y adultos mayores, los cuales prevén criterios ambientales estrictos, una cantidad significativa de espacios que promueven la vida en comunidad, el uso compartido de infraestructuras básicas y la corresponsabilidad de los usuarios en la gestión.

 

Los espacios privados son mucho más pequeños, complementados con zonas comunes especializadas y generosas espacialmente, que suplen sus necesidades. Cada día con más servicios que antes hacían parte del área privada de la vivienda, tales como lavandería, cocinas comunales, espacios para trabajar, terrazas, salones audiovisuales, cafeterías, entre otros. Hacen que este modelo de vivienda sea mucho más atractivo, pues con una vivienda de menor tamaño y más económica, se tienen todas las facilidades necesarias para vivir con mayor comodidad con el uso compartido de zonas y servicios comunes.

 

Este tipo de vivienda es interesante por la generación de sentido de comunidad y pertenencia sobre los espacios comunales que pasan a ser cohabitados. Ya no son simples espacios funcionales, sino que se convierten en lugares de encuentro con los vecinos. Actividades básicas como cocinar o comer, ver películas, trabajar, estudiar o simplemente dejar pasar el tiempo; cambian de percepción en estos lugares ofrecidos en el nuevo modelo.

 

En Colombia, existen varios proyectos inmobiliarios que están ofreciendo estos modelos de co-living. Esta tendencia en el futuro, poco a poco dejará de estar segmentado para adultos mayores o estudiantes y será atractivo para todo tipo de vivienda. Al final las ventajas y desventajas dependen de las expectativas generadas, al principio la inversión parece muy costosa, pero el retorno es a mediano plazo, al tratarse de áreas privadas pequeñas el valor predial es mucho mas bajo, las cuotas de administración genera un costo adicional por las zonas comunes que se manejan en los proyectos, y dentro de las desventajas se puede considerar que el uso de las zonas comunes es conforme con los requerimientos algunos espacios tendrán mayor demanda o no y por eso no podrá accederse en la brevedad que se quiera.

 

Con la pandemia hemos podido generar diversos estudios e investigaciones tendentes a ver cuáles son las preferencias, de personas especialmente solas, quienes reconocen que esto no es algo nuevo, puesto que la vida comunitaria siempre ha sido una solución a los problemas comunes. La rápida urbanización, el número de habitantes, el alto coste de la vida y la soledad serán las cuestiones que propenden por hacer crecer este modelo. De ahí que estén investigando las inquietudes de los ciudadanos para el desarrollo de nuevos modelos de convivencia, pues no existirá una configuración única. Y el coliving, donde el trabajo y el hogar compartidos forman parte del mismo espacio, será uno de ellos. Los primeros resultados reflejan que la razón principal por la que la mayoría de las personas considera atractiva la vida compartida es porque crea nuevas formas de socializar con los demás.

 

"La convivencia puede no ser la mejor solución para controlar el precio de los alquileres en las grandes ciudades, pero sigue siendo una gran manera de construir comunidades y reunir a los jóvenes con intereses comunes" Ke.

 

 


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